Velas para el día de todos los santos

El día de todos los santos es una fiesta que se celebra en muchos lugares del mundo y en cada uno de ellos se hace de una manera diferente. En España, todavía predomina la tradición más religiosa y las familias recuerdan en la intimidad a sus seres queridos ya fallecidos.

El 1 de noviembre significa cumplir con tradiciones que se remontan muy atrás en el tiempo como llevar flores, velas y cirios a los cementerios y colocarlos a modo de ritual sobre las tumbas de los familiares. Pero ¿desde cuándo existe esta tradición?

¿Por qué se celebra el día de Todos los Santos?

Esta tradición se remonta a los tiempos del emperador romano Diocleciano, en el s. IV. Fueron tantos los mártires cristianos que padecieron su represión, que la Iglesia católica decidió crear un día especial en el calendario que incluyera a todos ellos a la vez.

Esto se debió a que no había suficientes días en el año para recordarlos individualmente y muchos morían el mismo día.

En un principio, el día elegido variaba de un año para otro. No fue hasta los tiempos del Papa Gregorio III cuando la fecha se fijó el 1 de noviembre, extendiéndose a toda la cristiandad en el siglo IX.

Además, de esa manera se ponía la huella cristiana sobre la tradición pagana de Samhain o el Año Nuevo Celta, celebrada el 31 de octubre.

¿De dónde viene la tradición de usar velas?

Según la tradición cristiana, durante la víspera del día de Todos los Santos, las almas vuelven para visitar a sus seres queridos.

Sin embargo, existe el peligro de que en su camino desde el Más Allá se pierdan en la oscuridad y no puedan regresar. Para ello, se colocan velas indicando el camino que deben seguir.

Dependiendo del lugar de España en que nos encontremos, hay distintas maneras de señalar este camino. Veamos las más conocidas.

En Begíjar (Jaén), durante esta noche tan especial se colocan unas lamparillas de aceite o cera en las ventanas esperando la visita de los difuntos mientras se comen unas tortillas con chocolate.

En Alicante, adelantan el ritual desde la noche del 28 de octubre encendiendo velas en las ventanas. Para evitar que el viento o la lluvia las apague durante la noche, se utilizan mechas especiales más gruesas.

Sin duda una de las tradiciones más curiosas es la celebrada en Zamora. Varias procesiones salen llevando unos velones encendidos en las manos mientras se visitan los cementerios de la zona y las colocan en las tumbas y panteones.

En la actualidad, además de seguir en nuestro país las costumbre del 1 de noviembre (todos los santos), cada vez se está extendiendo más la celebración de la noche de Halloween, fiesta más pagana que se celebra durante la noche del 31 de octubre.

Ambas tradiciones comparten el uso de las velas como elemento principal de la celebración y así en Halloween se tallan las famosas calabazas y se colocan en ventanas o en las habitaciones mientras se duerme.

Las velas que se usan para el día de Todos los Santos es mejor que estén fabricadas de forma artesanal y con unas características especiales, ya que son las que dejamos en el cementerio y es mejor que lleven una mecha especial más gruesa para que soporten la climatología adversa de estas fechas (viento, lluvia…). Hay tradición de usar velas, cirios o lamparillas para los panteones y faroles, que además de una mecha más gruesa van dentro de un recipiente de plástico que las protegen. Para aquellos que celebran la víspera de Todos los Santos o noche de ánimas en casa, lo más adecuado son las lamparillas más pequeñas o también existe la tradición de las lamparillas de aceite. Estas lamparillas más pequeñas o las tealights son las más adecuadas también si vamos a celebrar este año la noche de Halloween y queremos elaborar nuestra propia calabaza.

Para todas ellas es mejor acudir a una cerería artesanal que elabore las velas a medida y en función de las necesidades de dónde las vamos a colocar por medida y para mayor resistencia.

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